Un dia de furia....

Bajo del 188 tratando de mantener una postura medianamente vertical, haciendo el intento de no lustrar la vereda con mi cuerpo. En la parada veo una cara conocida, sin embargo no recuerdo específicamente que relación tengo con esta persona. Tiene termo y mate en la mano, me saluda, respondo, pregunto que hace y me responde que se va a trabajar. Mi mente queda colgada, intentando enteder que esta pasando. Me despido y hago el intento de continuar el camino hacia mi hogar. Busco las llaves, hago un repaso mental del procedimiento correcto para abrir la puerta. Le erro, meto mal las llaves, no entiendo, escucho al perro ladrar, cagué. Subo la escalera recordando el momento en que mi mano tropezó con el vaso de vino, y pensando en que al día siguiente me voy a sentir muy mal (me estaré convirtiendo en adivino?). Abro la heladera, tomo un vaso, sirvo agua, lo bebo, sirvo otro, pongo la botella nuevamente en la heladera, arranco caminando hacia el cuarto. Me despojo de las vestimentas, apoyo la cabeza sobre la almohada, cierro los ojos, termina lo entretenido, comienza lo otro...

Abro los ojos,... primera sensación: algo se mueve dentro de mi estómago clamando por salir, primera reacción: correr hacia el baño buscando el nunca respetado inodoro, retrete, water-closet o como quieran llamarlo. Mientras corro siento como esta "cosa" recorre mi esófago, llego a tiempo, me arrodillo.... Me despido de la rica cena de la noche anterior,... y del vino, claro. Me lavo la cara, mi imagen en el espejo deja mucho que desear: pálido, abatido, alicaído me termino de asear mientras lamento de haber ingerido ese ultimo vaso de vino. En mi retorno a la cama miro el reloj, son las 11:37. Sabía que por algo había servido ese vaso de agua que estaba sobre el escritorio, lo bebo. Me acuesto. Mi cuerpo no permite que cierre los ojos, me mareo, me levanto, nuevamente me encuentro corriendo por la casa buscando de amparo con el retrete. Repito las acciones anteriores (agua, cara, aseo, espejo, lamento), vuelvo a la cama.

2:14. Despierto con gran necesidad de matar mi sed con algo bien frío, heladera, agua, felicidad momentanea. Busco algun medicamento que pueda calmar mi situación, encuentro algo, otra vez agua, pongo algunas gotas de esto dentro del vaso, lo bebo. Al levantar la vista veo por la ventana que el verano ha llegado, puteo recordando cuanto odio el verano (calor, sudor, falta de sueño por las noches, playa, un asco). En ese preciso instante me doy cuenta que se repite mi primera sensacion de la mañana, corro al baño. Esto se torna repetitivo, y el día recien comienza.

Me recuesto en la cama, prendo la tele viendo si puedo practicar uno de mis deportes favoritos: el Zapping. Recorro los canales del 2 al 80, cada vez que digo eso recuerdo cuanto odio esa cancion de Cursi. En realidad no odio solo esa cancion, odio TODAS (repito: TOOODAS) las canciones de ese grupo. Detengo la acción de mi dedo sobre el control remoto varias veces para reirme de esas propagandas de telecompras, será que me están empezando a gustar?. Sigo de largo. Quedo dormido. Me despierta un sonido infernal cerca de mi cabeza. Insultando el día que me convencí de comprar un celular busco ese aparatito endemoniado para callarlo. Atiendo, para mi sorpresa es XXXXXXXXX, llamando para invitarme a XXX X XXXXX XXXX XXXXXXX XXXXXX XXXXX XXXXX XX X XXXXX (gracias Nacho por este recurso de las X). No tengo otra opción que pedir disculpas, agradecer por la invitación, y decir que no explicando mi situación. Cuelgo. Cuando mi cabeza estaba en camino a reposar sobre la almohada escucho nuevamente el aparato endemoniado sonando, lo tomo, leo, otra vez la misma persona, me pongo triste y me acuesto. Pienso en devolver el llamado y aceptar la invitación, pero mi estomago me recuerda que hoy tengo que estar dedicado exclusivamente a él. Me lamento, juro no volver a tomar alcohol, al menos por unas semanas.

Salu! y que nunca falte.