sábado, mayo 20, 2006

Poquito y nada

Hace unos días me llegó el siguiente texto por mail. No sé quién lo escribió, pero me siento totalmente identificado con lo que piensa esta persona.

En Argentina nos cortan los puentes. En Brasil nos dan la espalda.
En Chile juzgan a los militares uruguayos implicados en un crimen ocurrido
en este territorio, pero que aquí fuimos incapaces de aclarar.
En Venezuela decidieron que nos incorporaríamos a Telesur a cambio de unos
meses de financiación para pagar el petróleo que nos venden.
En Paraguay descubrieron petróleo: ahora qué casualidadsomos el único país
en toda América del Sur que no tiene ni una gota.
En Cuba operan a nuestros enfermos oftalmológicos. En Uruguay no te ponen
ni siquiera las lentillas para las cataratas. Que los enfermos uruguayos
deban cruzar el Ecuador y atenderse de favor en una isla del Caribe fue
bautizado por el gobierno como "Operación Milagro".
En Estados Unidos vive el reo, el prófugo de la Justicia, Juan Peirano. La
justicia uruguaya lo reclama, pero Estados Unidos no lo entrega.
En México hace años que nos dicen que algún día volverán a comprar carne
uruguaya. Pero la promesa relanzada en estos días, ahorita sínunca termina
de cumplirse.
En España no respetan los tratados que tienen firmados con Uruguay y que
permiten que los naturales de un país tengan libertad para trabajar en el
otro: ellos los usaron durante décadas, mientras les convino. Ahora los
desconocen olímpicamente.
En Finlandia decidieron que nuestro destino es ser una potencia mundial en
la producción de celulosa. Si la madera vale más como sustituto del
petróleo, no es asunto nuestro.
En Suecia consiguieron las camas y los colchones que le hacían falta al
hospital de Bella Unión.
En Francia juegan los futbolistas uruguayos que un monopolio abusivo se
llevó sin pagar un peso y sin que acá casi nadie dijera nada.
En Alemania se va a jugar la Copa del Mundo: habrá 32 países. Estarán Costa
de Marfil, Togo, Serbia y Montenegro, Trinidad y Tobago. Uruguay no.
Uruguay no existe. Los gobiernos más amigos nos bloquean, nos ignoran, nos
desprecian. Los tratados que firmamos no valen, las promesas que nos hacen
no se cumplen, los futbolistas que se llevan no se pagan. Nuestro destino
lo deciden otros. Nuestros crímenes los juzgan otros. Nuestros hospitales
tienen camas gracias a otros. Somos el cero a la izquierda del mundo.
Uno se pregunta cuándo fue que nos transformamos en tan poquita cosa.
¿Es injusto que el mundo nos trate así?
Quizás sepan que somos el país que le paga dos y tres veces más a un
basurero que a un maestro. Esa es nuestra declaración de principios,
nuestra carta de presentación, nuestro credo inmutable, no importa si el
gobierno es de derecha o de izquierda.
Y si en algún país todavía no lo saben, es seguro que se nos nota a cada
paso que damos.
Se nos notó, por ejemplo, hace unos días cuando las actuales autoridades
llamaron a interesados a postularse a 18 cargos de suplentes de ayudantes
de lavandería en el Banco de Seguros del Estado. Ganarán 15.625 pesos por
seis horas de trabajo, de lunes a viernes. Los que se queden con los
puestos duplicarán o triplicarán lo que gana un maestro, un profesor, un
policía. Los suplentes de auxiliares de lavandería ganarán más que muchos
científicos, médicos, técnicos, productores, artistas, profesionales,
periodistas.
Quizás esto explique por qué nuestra educación, nuestra policía, nuestra
ciencia, nuestra tecnología, nuestro arte, todos muestren un similar nivel
de ineficiencia y atraso.
Más de 4.000 jóvenes hicieron cola para conseguir un puesto de suplente de
auxiliar de lavandería. Esa es la gran ilusión de las nuevas generaciones
de uruguayos. Esa es la gran ilusión que Uruguay ofrece a las generaciones
futuras: ganar un sorteo para transformarse en suplente de auxiliar de
lavandero.
Esa o basurero de Adeom. Esa o emigrar. Esa o mendigar en la televisión.
Esta edición está dedicada a la tragedia de Young.desprecian. Los tratados que firmamos no valen, las promesas que nos hacen
no se cumplen, los futbolistas que se llevan no se pagan. Nuestro destino
lo deciden otros. Nuestros crímenes los juzgan otros. Nuestros hospitales
tienen camas gracias a otros. Somos el cero a la izquierda del mundo.
Uno se pregunta cuándo fue que nos transformamos en tan poquita cosa.
¿Es injusto que el mundo nos trate así?
Quizás sepan que somos el país que le paga dos y tres veces más a un
basurero que a un maestro. Esa es nuestra declaración de principios,
nuestra carta de presentación, nuestro credo inmutable, no importa si el
gobierno es de derecha o de izquierda.
Y si en algún país todavía no lo saben, es seguro que se nos nota a cada
paso que damos.
Se nos notó, por ejemplo, hace unos días cuando las actuales autoridades
llamaron a interesados a postularse a 18 cargos de suplentes de ayudantes
de lavandería en el Banco de Seguros del Estado. Ganarán 15.625 pesos por
seis horas de trabajo, de lunes a viernes. Los que se queden con los
puestos duplicarán o triplicarán lo que gana un maestro, un profesor, un
policía. Los suplentes de auxiliares de lavandería ganarán más que muchos
científicos, médicos, técnicos, productores, artistas, profesionales,
periodistas.
Quizás esto explique por qué nuestra educación, nuestra policía, nuestra
ciencia, nuestra tecnología, nuestro arte, todos muestren un similar nivel
de ineficiencia y atraso.
Más de 4.000 jóvenes hicieron cola para conseguir un puesto de suplente de
auxiliar de lavandería. Esa es la gran ilusión de las nuevas generaciones
de uruguayos. Esa es la gran ilusión que Uruguay ofrece a las generaciones
futuras: ganar un sorteo para transformarse en suplente de auxiliar de
lavandero.
Esa o basurero de Adeom. Esa o emigrar. Esa o mendigar en la televisión.
Esta edición está dedicada a la tragedia de Young.


Ahora, yo me pregunto... es necesario conformarnos con ser tan mediocres? no podemos aspirar a (ser) un poquito mas? Hay cosas que no entiendo todavía.... seré yo que estoy errado?
Sera que no me conformo vivir en esta republiqueta bananera...

Salute sres.!
M.Stekl

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